Sostener la incomodidad

Seguramente estás acostumbrado, al igual que yo y que muchos, a que cuando algo te molesta o te resulta incómodo intentes evitarlo o al menos hacer algo para que esa incomodidad dure menos o sea menos intensa.

Esto es algo que has aprendido, ya que cuando un estímulo externo te molesta, instintivamente tiendes a apartarte de él. Por ejemplo, si acercas demasiado la mano al fuego probablemente te quemarás, esto te pasará una vez, pero no dos, ya que la próxima vez evitarás acercarte.

Este sistema te funciona muy bien para cosas así, ¿verdad? Pero para todo lo que tiene que ver con los pensamientos o con las emociones la cosa no funciona igual.

Probablemente, cuando estás teniendo algún pensamiento que te resulta incómodo o desagradable lo intentas evitar, esto también puede que te pase con las emociones, diciéndote a ti mismo cosas como: “no me quiero sentir triste, o tengo que pensar en positivo”, e incluso te puede ocurrir con sensaciones físicas tales como podría ser un nudo en el estómago o un nerviosismo en el pecho.

Seguramente, para evitar estos pensamientos, emociones o sensaciones físicas tendrás un montón de estrategias diferentes. Pero mi pregunta es: ¿Estas estrategias te funcionan? Puede que a corto plazo esos pensamientos, emociones o sensaciones desaparezcan, ¿pero hasta cuando?

Lo que te ocurre es que no estás acostumbrado a sostener la incomodidad y las herramientas que pones en marcha para no sentirla son de evitación, y esto puede que te funcione un rato pero seguramente estas sensaciones volverán a aparecer e incluso, a veces, lo harán con más fuerza.

Un ejemplo muy sencillo que siempre utilizo es cuando te pica un mosquito. Tu primera reacción seguramente será rascarte, y al principio es muy probable que sientas un alivio, pero al cabo de un rato vuelve a picar, o incluso el picor se vuelve más intenso, en cambio quizá alguna vez has probado a no rascarte y has aguantado ese picor que te produce, ¿Qué ha ocurrido? ¿te ha seguido picando durante mucho rato o por el contrario el picor ha ido desapareciendo?

Generalmente, si dejas que la incomodidad exista y le das su espacio, ya sea un pensamiento, una emoción o una sensación física, verás que al cabo de un rato va desapareciendo.

Te propongo un pequeño ejercicio para practicar el sostener tus incomodidades.

Es un ejercicio que durará 15 minutos, así que para que no estés pendiente del tiempo lo mejor es que programes una alarma. Después ponte en una posición cómoda y haz un par de respiraciones profundas (toma el aire por la nariz y suéltalo por la boca). Y poco a poco ves prestando atención a tu cuerpo, a las sensaciones que tienes, los pensamientos que pasan por tu cabeza y a tus emociones. Es probable que al cabo de un poco te entre algún picor, o se te duerma una pierna o sientas cualquier otro tipo de incomodidad física, no te muevas, solo céntrate en esa sensación que estás teniendo, en esa incomodidad y déjale espacio, verás que al cabo de poco tiempo esa sensación irá desapareciendo.

Al mismo tiempo, presta atención a tus pensamientos, a lo que te estás diciendo y también a cómo te sientes, pero no hagas nada para salir de esa sensación desagradable.

Este ejercicio puede resultarte bastante incómodo, pero es de lo que se trata, de que tomes conciencia de la incomodidad y puedas aprender a sostenerla.
Verás como si lo practicas regularmente, poco a poco, te costará menos hacerlo y esto también lo notarás en tu día a día.

Pon atención a todo aquello que haces a diario para evitar las incomodidades de tu cotidiano.

Y si quieres seguir trabajando en el darte cuenta de cómo evitas las incomodidades de tu día a día, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Juntos trabajaremos en la toma de conciencia de lo qué haces y cómo haces para evitar ciertas situaciones y te daré nuevas herramientas para gestionar estos momentos de una manera que te sea más confortable.

Previous
Previous

Pensar en positivo

Next
Next

Cuidarse